El mundo contemporáneo transita hacia la estructuración de nuevos modelos de desarrollo socio económico y cultural, cuya base o núcleo común es el conocimiento, especialmente aquel que permite el desarrollo de tecnología, así como el incremento constante de la calidad y de la productividad de las empresas. Esta renovada valoración del conocimiento humano ha hecho que se transforme el concepto de recurso humano, al hacer referencia a las personas que producen y aplican dicho conocimiento.
La antigua definición de “Recurso Humano” se basa en la idea de hombres como piezas de una maquinaria, que se contrapone a la idea actual del hombre como elemento indispensable para el cumplimiento exitoso de la misión y visión de las organizaciones, entidades o unidades de negocios. Hoy hablamos de “Talento Humano”, cuando nos referimos a todas aquellas características, habilidades, destrezas, actitudes y valores que hacen posible el desempeño profesional y personal exitoso.
La adquisición del talento humano es un proceso de larga duración y su pérdida no puede prevenirse o solucionarse como si se tratara de la rotura de una máquina o la sustitución de un insumo. Las empresas que asumen el reto de la mejora continua de la calidad ahora deben plantearse el reto de cómo crear, incrementar y sostener el talento humano, desde la perspectiva de satisfacción de necesidades de las empresas que se enfocan en transferir cada vez más valor a sus clientes. Esto implica generar una estrategia para la creación del talento humano, no solamente enfocándonos en las funciones básicas de RRHH, sino más bien definiendo los pasos para planificar y fortalecer grupos de trabajos competitivos, alineados y que actúan y resuelven problemas en condiciones de mercado altamente complejas.
El primer paso en este sentido es el diseño de un adecuado Plan de Desarrollo del Talento Humano y de los recursos normativos y medios operativos, que desde nuestra perspectiva incluye la declaración explícita de la cultura de la organización y el enunciado del propósito estratégico, en los términos de CK Prahalad. Es justo recordar que sin gente eficiente es imposible que una organización logre sus objetivos, por lo tanto la misión del Director del Talento Humano es fundamental para garantizar una relación altamente positiva entre la empresa y sus empleados y por ello garantizar la promesa que la empresa ha hecho a su cliente.
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